Publicación # 3
Por Catalina Arcila, psicóloga, gestora y facilitadora de Escuela de Evolución
Este año 2022 es un año propicio para trabajar la abundancia y la prosperidad en nuestras vidas, porque nunca como ahora, hubo más personas que manifiestan estar en situación de carencia, pero a la vez, es ahora, justamente, cuando más procesos de abundancia se crean a nuestro alrededor.
Activar la abundancia y trabajar en la prosperidad personal nace de varios principios elementales pero poderosos, uno de ellos es la gratitud.
Diferentes tipos de celebraciones de gratitud han formado parte de la mayoría de las culturas a lo largo de la historia.
Los antiguos romanos celebraban las Cerelias, un festival de la cosecha para agradecer a Ceres, la Diosa del maíz, mientras que las antiguas mujeres griegas celebraban las Tesmosforias, para honrar a Deméter, la Diosa del grano.
Dar gracias es algo que la gente de todo el mundo hace en distintos momentos del año: Chuseok en Korea, Sucot en Israel y Pongal en la India.
La necesidad humana de expresar gratitud es un fenómeno poderoso y prácticamente universal. Pero, ¿por qué?
Eso es, exactamente, lo que Robert A. Emmons, Ph.D., un profesor de psicología de la Universidad de California, Davis, y autor de Gratitude Works!: A 21-Day Program for Creating Emotional Prosperity, (¡La gratitud funciona: ¡Programa de 21 días para crear prosperidad emocional!) se propuso descubrir.
"Por demasiado tiempo, el concepto del agradecimiento se ha ignorado,” afirma Emmons. Él lo llama: “el factor olvidado en la ciencia del bienestar.”
Para evaluar los niveles de gratitud de las personas, y ver como la gratitud afecta nuestras vidas, Emmons y su colega Michael E. McCullough crearon un cuestionario que les permitió comparar a la “gente agradecida” con aquellos que lo son un poco menos.
Los resultados de éstos y otros estudios, tanto psicológicos como fisiológicos, son fascinantes. Aquí, encontrarás cinco razones por las que ser agradecido es bueno para ti:
· Reconocer las cosas buenas que tienes, te genera buena salud. La investigación de Emmons y McCullough mostró que la gente agradecida padecía menos episodios de depresión y estrés, menor tensión arterial, más energía y mayor optimismo.
· Desacelera el envejecimiento. En personas mayores, Emmons y McCullough descubrieron que agradecer diariamente, desacelera algunos efectos de la degeneración neuronal, que tiende a ocurrir a medida que envejecemos.
· Frena el estrés. El cortisol se suele llamar “hormona del estrés” y cuando nuestros cuerpos producen demasiado, puede mermar nuestro sistema inmunológico e incrementar nuestros niveles de azúcar en la sangre. Un estudio dirigido por Institute of HeartMath Research Center en California descubrió que las emociones positivas como el agradecimiento, disminuyen significativamente los niveles de cortisol.
· Ser agradecido ayuda a crear vínculos. La investigación de los psicólogos estadounidenses Sara Algoe y Baldwin Way indica que la gratitud también puede llevar a tener mejores relaciones. La explicación puede deberse a un aumento en la producción de la oxitocina, conocida como “la hormona del amor” porque fomenta la calma y la seguridad en las relaciones.
· Nivela la presión arterial y el peso corporal: según el estudio de Emmons, las personas con presión arterial alta que expresan gratitud de forma activa “pueden reducir hasta un 10% tu presión arterial sistólica y disminuir la absorción de grasas hasta un 20%.”
La gratitud produce más cosas por las que estar agradecido; aumenta la abundancia. La falta de gratitud y las quejas, por el contrario, producen poco de qué regocijarse. El Universo siempre nos da lo que creemos merecer.
Con este tipo de beneficios, quizás deberíamos practicar el dar las gracias permanentemente. Esto, definitivamente, cambiara los resultados en tu vida.
Recuerda, “Es mejor EVOLUCIONAR que quedarte donde estás”
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